
Los espacios liminales son zonas de transición, confines que se sitúan entre lo que conocemos y lo que está por llegar. Por ello tienen una identidad anómala y no fija, una identidad móvil y en proceso. Sobre este concepto, la obra Liminal plantea una experiencia en la que el ámbito visual y el sonoro se reformulan, mutan y juntos plantean nuevos significados, descubriendo nuevos territorios a través de los
cuales transita la danza.